Con las bajas temperaturas y la llegada del tiempo más frío, los pies son una de las zonas de nuestro cuerpo más propensas a sufrir algún tipo de lesión derivadas del mismo.
El frío provoca en nuestro organismo un efecto inmediato sobre el sistema circulatorio, que es la vasoconstricción. Esto hace que en las partes más distales (las más alejadas del centro de nuestro cuerpo) se pueda producir una peor circulación sanguínea con la consecuencia de un problema en la regulación de la temperatura.
Vamos a ver a continuación algunas de las lesiones que puede provocar el frío en nuestros pies:
Congelación: Lesiones localizadas causadas por acción directa del frío en el transcurso de una exposición más o menos prolongada a una temperatura extrema inferior a 0ºC. Las zonas más afectadas: son los dedos de las manos y de los pies, nariz, orejas, mejillas, etc. Es decir, las zonas más expuestas de nuestro cuerpo. Los montañistas, el personal militar en jornadas de instrucción invernal o personas que viven y duermen a la intemperie suelen ser las más afectadas.
Urticaria por frío: Es de aparición rápida y se manifiesta con prurito que es un hormigueo peculiar o irritación incómoda de la piel que conlleva un deseo de rascar. Comúnmente llamado picor, picazón, escozor, etc. Incluso llegar a sensación de ardor.
Sabañones o Perniosis: Son lesiones de la piel que por lo general se producen por igual en ambos lados del cuerpo de carácter pruriginosas, tumoraciones rojas o púrpuras. Se suelen producir en los dedos, nariz y orejas. Y en ocasiones se agravan con el sol. En los casos más graves, se pueden producir ampollas, erosiones y úlceras.
Pie de Trinchera: se produce por una exposición de los pies prolongada al frío y a la humedad, cuando permanecen mucho tiempo con el calzado puesto y apretado. Esto hace que no haya una buena circulación sanguínea en los pies. Puede aparecer maceración, infecciones de la piel, tejido pálido y anestesiado.
¿Qué recomendaciones os podemos dar para evitar las lesiones por frío en los pies?
– Uso de calcetines de fibras naturales o materiales orgánicos como son el algodón o la lana y que permitan la transpiración.
– Uso de calzado adecuado, con suela de goma, puesto que actúa de aislante. Si vamos a realizar actividades en la montaña o zonas de baja temperatura, si el calzado lleva forro interno, ayudará a mantener nuestros pies calientes.
-Una biomecánica correcta del pie favorece el retorno venoso. En pies con deformaciones o una pisada incorrecta la circulación no suele ser favorable. La opción correcta puede ser una plantilla adecuada para favorecer el uso de todas las estructuras del pie y mejorar la vascularización del mismo.
– No nos quedemos parados sin mover los pies durante un periodo de tiempo prolongado. Afecta a la circulación de los mismos.
– Evitar consumo de bebidas como el café o consumo de tabaco, puesto que son vasoconstrictores.
– Realiza masajes en los pies para favorecer la circulación sanguínea.
Concluimos resumiendo que el frío puede llegar a afectar a nuestros pies, ya sea porque tenemos una enfermedad previa o por motivos atmosféricos o ambientales. Por ello es importante tener en cuenta, que si nos vemos algún tipo de lesión lo indicado es consultar a los profesionales. Resulta importante prestar la atención adecuada a estas situaciones para así poder prevenirlas.
Por Violeta Sánchez Doblado.