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Cuidado del pie diabético       

Todos los pacientes diabéticos requieren conocer determinados aspectos con relación a sus pies para evitar las complicaciones. La obesidad, vida sedentaria, hipertensión arterial, tabaquismo, alteraciones de las grasas en la sangre (colesterol , triglicéridos ), falta de higiene, así como heridas en el pie o calzado inadecuado son factores de riesgo para desarrollar un pie diabético o agravantes de su estado.

A continuación pasamos a describir las instrucciones para el paciente diabético y su familia para el cuidado del pie.

  1. Inspeccionar el pie diariamente en busca de lesiones como, ampollas, fisuras, callos, áreas inflamadas, infección por hongos, signos de presión del zapato, signos de  cortes y magulladuras y heridas cutáneas abiertas entre los dedos. Utilizar un espejo para la revisar la planta del pie y evitar caminar descalzo. 
  2. Lavarse los pies diariamente con jabón, agua tibia y un cepillo blando. Utilización de los tipos de jabón dependiendo de los casos:
  3. Neutros, con Ph entre 6,5 y 7, en los pies con piel con una superficie continua.
  4. Ácidos, con un Ph no inferior a 5, que, al ser más antisépticos estarán indicados en pieles maceradas, agrietadas y con prurito, picor. Indican alteraciones que pueden aparecer con una infección. Su desventaja está en que resecan y, por consiguiente no se pueden utilizar de manera continuada.
  5. Hidratantes, Su Ph es neutro y están compuestos de sustancias hidratantes, como cebada, avena o glicerina, lanolina, vitamina E, aceite de coco, oliva. Pueden utilizarse como jabón de baño en la higiene habitual de los pies.
  6. Exfoliantes y antisépticos, como los que contienen arcilla, que además tiene un poder antiinflamatorio al igual que los jabones de manzanilla.
  7. Evitar los jabones con perfume para evitar  de reacciones alérgicas.
  8. En cualquier caso o duda su podólogo de referencia puede ser muy útil según el paciente, su piel y sus necesidades.
  • Secar cuidadosamente, en especial entre los dedos. Se  puede utilizar papel absorbente. No usar talco, el talco es un buen absorbente, pero puede macerar la piel, en especial los espacios interdigitales. El talco cuya  composición contiene ácido bórico no es recomendado por ser irritante para la piel del diabético. La maceración de la piel o entre los dedos puede derivar en una dermatomicosis.
  • Después de secar la piel podemos aplicar un spray antitranspirante o crema hidratante que mantenga el equilibrio entre la sudoración y la hidratación en la piel proteger la piel las heridas, ampollas o sequedad excesiva. Es importante saber que usar según el tipo de piel.
  • Evitar las temperaturas, extremas, tanto el calor como el frío. Usar una parte del cuerpo no afectada por la neuropatía para evaluar la temperatura del baño o que otro miembro de la familia efectúe la prueba. Puede usarse también un termómetro. La temperatura más recomendada del agua es la que no sea superior a 28 grados ya que la de 37 grados puede inducir a una vasodilatación excesiva dando complicaciones como en edema. También puede ser a temperatura ambiente para países tropicales.
  • Se pueden usar calcetines de algodón o lana para conservar el calor corporal durante la noche en el caso de que los pies se queden muy frios.
  • No cruzar las piernas en la posición sentada. En esta situación el nervio peroneo común es especialmente propenso a sufrir los efectos de la presión contra la cabeza del peroné (hueso de la pierna).
  • No usar agentes químicos para eliminar heridas o callosidades. Consulte a un profesional especializado.
  • Con los pies en la cama, las sábanas y cobijas deben estar flojas para reducir la presión sobre los dedos y prominencias óseas, talones y tobillos. No utilizar mantas eléctricas ni bolsas de agua caliente.
  • Es recomendable cortar las uñas en línea recta. No efectuar cortes incurvados hacia los surcos ungueales. No escarbar en los ángulos ni a lo largo de los surcos.  No emplear navajas ni hojas de afeitar. Si llega el caso en que puede haber alguna complicación o complejidad en el proceso como uñas demasiado gruesas, dificultad en la posición o no llegar bien al pie, alguna molestia o dolor, consultar a un profesional especializado.
  • No es recomendable mantener el pie metido en agua para que se “ablanden” las uñas. La humedad puede producir heridas u otras patologías derivadas. El profesional podólogo está preparado para realizar esta técnica sin necesidad de mojar el pie.
  • La hiperqueratosis es un signo de presión elevada. Aparece en torno a prominencias óseas o tras un apoyo continuo debido a la biomecánica del pie. Esto hay que tratarlo en todo tipo de personas, pero en pacientes diabéticos el riesgo de herida o úlcera bajo la dureza aumenta.

Los métodos usuales para aliviar la presión son los siguientes:

  1. Usar medias o calcetines bien calzados. No usar medias remendadas. Evitar medias o calcetines con  costuras. Cambiarse las medias o calcetines diariamente. Los calcetines de algodón y sin costuras son los más recomendados. Evitar las ligas elásticas y las medias con borde elástico que aumenten la presión en la pierna.
  2. Evitar el uso de complementos como algodones entre los dedos, gasas, prótesis de silicona no específicas para su pie, calcetines cubriendo la plantilla del calzado o la plantilla a medida realizada por el profesional.
  3. Inspeccionar diariamente el interior del calzado en busca de grietas en la parte inferior, arrugas en el revestimiento, amontonamiento del material con el que está construido e incluso acúmulo de talco. 
  4. Al calzarse, dar la vuelta al zapato para asegurarse de que no haya caído ningún objeto extraño en su interior.  
  5. Evitar zapatos con tiras, recortes u otras áreas abiertas que puedan causar ampollas, o áreas de presión.   
  6. Caminar al menos 30 minutos diarios.
  7. Preguntar a su podólogo de confianza el tipo de calzado recomendado.
  8. Informar rápidamente al podólogo, a su médico o en su defecto al equipo de salud más cercano de cualquier lesión o cambio de coloración en la piel.

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